
Las nuevas formas de ir a trabajar: así son las oficinas de Buenos Aires donde se puede dormir la siesta o jugar al pádel
Las empresas comenzaron a repensar los espacios de trabajo para atraer a las nuevas generaciones.
7 de noviembre de 2025
07:53
El mundo empresarial hoy piensa que la oficina del futuro tiene que ser un lugar al que se quiera ir, no al que se deba ir. El concepto de ir a la oficina cambió y puso a las empresas frente a un nuevo dilema en un mundo pospandemia, donde el trabajo remoto en muchos casos llegó para quedarse. Ya no son un espacio al que “solo se va a trabajar”, sino un lugar en el que generar formas cada vez más “deseables”. Entonces, ¿cómo lograr que las nuevas generaciones vuelvan a la oficina pero sin sentirlo una obligación? La respuesta parece estar en una reinvención radical del concepto del espacio laboral.
“El 78% de las empresas en América Latina ya implementaron esquemas de regreso parcial o total a la oficina, mientras que en la Argentina seis de cada 10 compañías están ampliando su inversión en espacios flexibles para atraer y retener talento”, afirma un informe de CBRE. El dato explica por qué crecen los formatos de oficinas que priorizan el confort, el diseño y los servicios por sobre los metros cuadrados.
“Hay una resignificación del espacio de trabajo. Lo que antes era un lugar operativo, hoy debe ser también un lugar atractivo”, sostiene Ana González Ferrero, Senior Managing Director de Advisory en CBRE Argentina. “Las empresas que piden la vuelta a la presencialidad necesitan ofrecer algo más: entornos flexibles, con buena ubicación, luz natural, tecnología y servicios”.
En el Workplace de IRSA hay espacios al aire libre para distenderse durante la jornada laboral y organizar after office. En la misma línea, Eduardo Di Buccio, broker senior de CBRE, agrega: “La oficina dejó de ser un escritorio asignado para transformarse en un entorno que impulse productividad y cultura organizacional. La demanda está enfocada en productos nuevos”.
El cambio no solo se ve en los edificios corporativos de gran escala, sino también en los espacios compartidos. Martín Potito, director comercial de LJ Ramos, explica que “el coworking ya existía antes de la pandemia, pero hoy se consolidó como una opción intermedia entre el teletrabajo y la oficina tradicional”. Según el ejecutivo, “las empresas lo usan como trampolín, especialmente las tecnológicas o startups con empleados jóvenes, que buscan entornos colaborativos y flexibles. Ya no alcanza con alquilar metros cuadrados: las oficinas tienen que ser espacios vivos y adaptables”.
En este nuevo escenario, la flexibilidad se volvió una palabra clave. “Lo que los espacios de coworking hacen no es solo atraer a nuevas generaciones”, advierte Domingo Speranza, CEO de Newmark Argentina, sino ofrecer soluciones integrales: contratos más simples, servicios incluidos y la posibilidad de crecer o reducir superficie sin grandes inversiones. Además, te rodeás de otras empresas, lo que genera sinergia y una sensación de comunidad muy fuerte.
El nuevo edificio a metros del DOT
El grupo IRSA, dueño de los principales shoppings del país, invirtió US$2,5 millones en un proyecto estilo “club empresarial”, con foco en el bienestar y entretenimiento. Inspirado en edificios emblemáticos del mundo como el Googleplex en los Estados Unidos, The Floor en Israel y el Cubo de Itaú, en Brasil, se encuentra en la intersección en “T” de dos importantes autopistas, como la General Paz y el Acceso Norte Panamericana, un punto estratégico que permite captar público tanto de la ciudad de Buenos Aires como de la Provincia.
Workplace by IRSA combina coworking con amenities muy poco tradicionales. Son 10 mil m² en total, con 8000 m² construidos, un espacio de trabajo flexible con foco en el bienestar. Este espacio, ubicado en el ex edificio Philips, permite alojar hasta 900 personas distribuidas en tres pisos de oficinas, enfocado principalmente en empresas de tecnología y startups.
“Lo que ofrecemos es un modelo pensado para que venir a la oficina sea una elección y no una obligación”, dicen desde la compañía. El complejo, que arrancó con tres empresas, hoy cuenta con 50 compañías instaladas, entre ellas Rappi, Pomelo, Ripio, Henry, Casheo y Crafters, con una ocupación del 95% del total. El público predominante tiene entre 21 y 35 años, y en total ya hay 2000 trabajadores dados de alta.
Los amenities comienzan a ser el valor principal de las empresas a la hora de atraer a los empleados. Hoy, ese espacio se presenta como el “AAA plus de las oficinas”, tal como lo definió Ben Elsztain, director creativo de Workplace by IRSA.
En el primer piso, el foco está en el esparcimiento y el encuentro informal. Además de oficinas privadas y espacios abiertos, hay una terraza con parrillas, reposeras, un minigolf, quincho techado y hasta cabina de DJ para after office. También hay una sala de juegos con ping pong, metegol y mesa de pool, entre otros, y un espacio de relax con sillones masajeadores.
Al subir al segundo piso, se concentran algunas de las novedades más disruptivas: el siestario, una sala de brainstorming con inteligencia artificial incorporada, una sala de videojuegos tipo Neverland y espacios de relax. Un dato que rompe con el trabajo es que también allí se filmaron escenas de la cuarta temporada de la serie El Encargado, protagonizada por Guillermo Francella.
En el tercer piso se destacan los espacios exclusivos. Rappi ocupa 800 m² diseñados a medida, mientras que la empresa Bidcom tiene un semipiso de 1000 m². Pero también funciona una sala de grabación de podcast y streaming. En el último piso está la joya del proyecto: cuatro canchas de pádel vidriadas en altura, que estarán inauguradas el próximo jueves, y un rooftop con vista panorámica a todo el barrio de Saavedra, una zona en pleno crecimiento. Además, se organizan charlas de tarot, de inteligencia artificial y after office para fomentar el networking, que ya genera acuerdos.
El proyecto frente al Hipódromo de Palermo y al Campo de Polo
En la búsqueda de redefinir la experiencia del trabajo, se inauguró HIT Polo, la nueva sede de HIT Cowork, ubicada en la avenida Dorrego al 3500, en Palermo, más específicamente en el nuevo Paseo Gigena. Con una inversión de US$5 millones y 5000 m² de oficinas flexibles, el edificio ofrece salas de reuniones, espacios sociales y amenities impensados para una oficina: desde una cava de vinos, pasando por una peluquería, siestario, sala de masajes, auditorio y una cafetería.
Las empresas ya no quieren comprometerse con contratos de 10 años ni hacerse cargo de la gestión de un edificio. Buscan agilidad, foco en su negocio y bienestar para sus equipos. El coworking resuelve esos puntos y les da libertad para crecer o achicarse sin fricciones. La ocupación inicial incluye empresas de sectores como consultoría, minería y finanzas, y un auditorio para 250 personas junto con una sala de streaming profesional ya operativa.
Estas nuevas formas de pensar en las nuevas formas de trabajar hacen recapacitar a las empresas sobre qué hacer para volver a captar a los talentos, pero sobre todo a pensar en que la oficina del futuro será un lugar al que se quiera ir, no al que se deba ir.
Por Candela Contreras
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